8 Prisión del campo
La antigua prisión del campo es hoy sede de una muestra documental sobre la historia de esta edificación que los prisioneros veían como una de las centrales de terror, puesto que era ahí donde la SS aplicaba los castigos severos. En la jerga de la SS, el nombre de este sitio era “arresto de la comandancia”, pero los prisioneros le llamaban “búnker”. La prisión que vemos hasta nuestros días data de 1937/38.
La nave central es de planta cuadrangular y servía como oficina de guardias, sala de ingreso y sala de cacheo. La sala de interrogatorios estaba aislada al ruido para evitar que los gritos traspasaran las paredes. Era ahí donde la SS registraba los datos personales e interrogaba a los prisioneros. Los calabozos se situaban en las alas este y oeste del edificio. Eran celdas individuales donde los prisioneros pasaban semanas, o incluso meses, encerrados bajo vigilancia permanente. Las raciones de comida que recibían eran ínfimas. En la prisión del campo, la SS vejaba y torturaba a los prisioneros obligándolos a confesar. Muchos fallecieron en el “búnker”. En 1944, por orden de la SS, se construyeron cuatro celdas diminutas, con una superficie de 80 cm x 80 cm cada una. En estos estrechos calabozos de ladrillo, los prisioneros tenían que soportar de pie su encierro, por lo regular varios días, con poco oxígeno y prácticamente sin comida.
A partir de 1941, los “prisioneros especiales” fueron igualmente confinados a los calabozos de la prisión del campo. Se trataba de reclusos prominentes que, por motivos tácticos de guerra, eran rehenes de la SS. En 1941/42, en el ala oriental del edificio de celdas, pero también en una edificación adyacente que ya no existe, se instauró un campo penitenciario para miembros de la SS, funcionarios de la policía y miembros del servicio de defensa antiaérea.
El patio que está entre el edificio de la intendencia y la prisión del campo fue escenario de vejaciones y asesinato de un gran número de prisioneros. En el sector oriental, aislado por un muro, la SS instaló una pared de fusilamiento que consistía en un espaldón y postes. Fue en este sector del patio donde, a finales de agosto de 1941, la SS comenzó a fusilar a prisioneros de guerra soviéticos. Cuando se tornó difícil mantener en secreto la operación, decidió continuar con ella en el “campo de tiro” de Hebertshausen en las inmediaciones.
“Cuatro meses de “búnker”, cuatro meses de confinamiento en la oscuridad, cuatro meses de comida caliente solo una vez cada cuatro días. El tiempo pasa como a hurtadillas. Los días los cuento solo cada cuatro. ¡Qué sobresalto cada vez que llega la comida y me despierta! Estoy en trance.”